¡¡ B I E N V E N I D O S !!

martes, 18 de diciembre de 2012

QUE EL NIÑO DIOS TRAIGA MUCHAS COSAS BONITAS PARA USTEDES EN ESTE 2013.
Gracias por haber seguido este humilde y sencillo blog.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Nacimiento en origami

Niñas de 5° ahí les  va los tutoriales de nuestro trabajito de navidad.

La virgen María


San José



Ninito Jesús

El misterio terminado

Arbolito de navidad

Niñas de 6° ahí les va el tutorial que les prometí....Un pinito en origami. 


Estrellitas para decorar


miércoles, 24 de octubre de 2012

martes, 23 de octubre de 2012

¿QUÉ CARÁCTER TIENEN TUS HIJOS?


Muchas veces el fracaso de la educación, es debido, en buena parte, a no saber cómo es la persona que debemos educar. Conocer la personalidad y el carácter de quien se quiere educar, es fundamental para saberle llegar y lograr nuestro objetivo.
En la medida que el conocimiento de nuestros hijos sea acertado y profundo, se podrán hacer planes de formación adecuados; es decir, estaremos en condiciones de formar.
¿Cómo conocer el carácter?
Los padres tienen un primerísimo papel en el “modelado” del carácter de los hijos. Ellos son los que en los primeros años pueden comenzar una obra de arte que, más adelante, completará el niño cuando llegue a la adolescencia y a la madurez.
Para que usted descubra el carácter de sus hijos, se han definido los rasgos fundamentales de cada uno de los ocho tipos que suelen darse. El sistema es un juego entretenido. Grupo por grupo, vaya sumando los rasgos que coinciden con los del niño. El grupo que obtenga mayor puntuación es el que define el carácter del niño.
A continuación se incluye a las características principales de la persona humana desde la infancia hasta la adolescencia.
Nervioso
  • Tiende a dejar sus obligaciones para más tarde.
  • Suele hacer muchos proyectos y planes, pero se cansa de ellos y los abandona.
  • Es muy irregular en sus estudios y poco exigente consigo mismo.
  • Es incapaz de estar quieto un momento. Se mueve continuamente.
  • Es violento y susceptible. Se rebela y protesta con facilidad.
  • Es poco objetivo y exagerado. Tiende a decir mentiras.
  • Se cansa pronto de todo: juguetes, amigos. Le gusta la novedad y el cambio.
  • Actúa sin pensar, es impulsivo.
  • Sus estados de ánimo fluctúan con facilidad.
  • Se consuela fácilmente. Perdona y se reconcilia enseguida.
  • Es fácil de convencer y dirigir si se le sabe llevar.
  • No le gusta estar solo.
  • Tiene buen carácter, es alegre y suele estar risueño.
  • Es presumido y vanidoso, le gusta estar bien vestido.
  • Le gusta llamar la atención.
  • Es charlatán, comunicativo.
  • Es incapaz de guardar un secreto.
  • Le cuesta expresar sus conocimientos con claridad y orden.
  • Es mal observador, sobre todo para lo que no tiene un interés efectivo para él.
Sentimental
  • Es indeciso.
  • Aplaza sus trabajos, dando preferencia a los que están más de acuerdo con su forma de ser.
  • Le falta sentido práctico.
  • Se desanima con facilidad. Tiende al pesimismo y la melancolía.
  • Su humor oscila, pero no con brusquedad.
  • Muy sensible. Se ofende fácilmente, pero no suele manifestar sus disgustos.
  • Le gusta la naturaleza.
  • Tiene un sentimiento religioso muy vivo.
  • Muy apegado a sus costumbres y amigos. Se muestra incómodo ante personas desconocidas y situaciones nuevas.
  • Rumia las cosas durante mucho tiempo en su interior. Conserva fielmente los recuerdos.
  • Es difícil hacerle cambiar de opinión.
  • Le gusta la soledad.
  • Es tímido, retraído, poco comunicativo.
  • Individualista.
  • Serio, con seriedad atractiva.
  • Verás y honrado.
  • No le gusta presumir de sus cualidades.
  • En los trabajos escolares es más agudo que riguroso.
  • Su pensamiento es lento.
  • No es buen observador.
Colérico
  • Muy atractivo. Siempre está ocupado en algo. No aplaza sus obligaciones.
  • Decidido, dinámico, entusiasta. Tiene iniciativas.
  • Tiene gran sentido práctico.
  • Tiene mucha vitalidad, nunca se cansa.
  • Poco reflexivo y metódico en su trabajo.
  • Violento: se acalora, levanta la voz.
  • Exagerado. Tiende a la mentira.
  • A veces, afectuosos y tierno. Otras, violento y rebelde.
  • Hace las paces enseguida.
  • Le gustan las novedades y cambios.
  • Desconoce los remordimientos y complejos.
  • Es muy espontáneo. Manifiesta fácilmente sus ideas y gustos y los defiende con calor.
  • Le gusta mandar y organizar.
  • Es alegre y optimista. Tiene confianza en sí mismo y en los demás.
  • Independiente. Hace poco caso de reglas y mandatos.
  • Generoso, compasivo, servicial.
  • De palabra fácil, locuaz. Tiene siempre la réplica adecuada.
  • Bastante glotón.
  • Le interesa todo.
  • Es un poco superficial.
Apasionado
  • Se entrega por completo a sus ocupaciones: estudio, juegos, etc.
  • Decidido, rápido, práctico y desenvuelto.
  • Siempre está ocupado.
  • Buen alumno: trabajador, reflexivo, tenaz y perseverante.
  • Poco valiente en momentos de peligro.
  • Su sentimiento religioso es vivo y firme.
  • Muy apegado a su colegio, sus profesores y su clase.
  • Le gustan los animales.
  • Conserva mucho tiempo sus recuerdos: alegrías, penas, amigos.
  • Poco aficionado a ejercicios físicos y deportes. Prefiere los entretenimientos complicados.
  • Prefiere trabajar solo que en grupo.
  • Es honrado y digno de confianza.
  • Ordenado, limpio, puntual.
  • Objetivo y conciso.
  • Se manifiesta tal como es, sin preocuparle mucho la opinión de los demás.
  • Tiene capacidad de mando.
  • Su inteligencia es rápida y sólida.
  • Tiene buena memoria.
  • Es buen observador.
  • Le gusta mucho leer y asimila lo que lee.
Sanguíneo
  • Tiene gran sentido práctico. Es desenvuelto.
  • Trabajador. No suele aplazar sus trabajos.
  • Le gusta el esfuerzo.
  • Muy aficionado a los ejercicios físicos, sobre todo si son violentos.
  • Siempre está ocupado, también en los ratos de ocio.
  • Valiente en los momentos de peligro.
  • Se le ofende difícilmente.
  • Bastante egoísta. Quiere a los demás, sobre todo, por lo que le dan.
  • Vive en el momento presente, sin preocuparle el antes o el después.
  • Se consuela pronto cuando tiene alguna pena.
  • Se reconcilia fácilmente.
  • Todo lo nuevo le interesa.
  • Es alegre y optimista.
  • Tiene confianza en sí mismo.
  • Muy extrovertido. Le gusta estar con los demás; los necesita.
  • Le gusta la buena vida.
  • Es tolerante, cortés y elegante.
  • Buen observador.
  • Tiene una inteligencia rápida.
Flemático
  • Muy puntual y exacto en sus trabajos.
  • Raramente se encuentra desocupado.
  • Ordenado u metódico. Disciplinado.
  • Prefiere los juegos individuales y complicados.
  • Frío, calmoso, paciente.
  • No es efusivo y le molestan las efusiones.
  • De humor poco cambiante.
  • Reflexivo y constante.
  • Se aísla muy gustosamente de los demás.
  • Poco hablador, retraído, objetivo en sus relatos.
  • Franco, sencillo, natural, digno de confianza.
  • Se adapta con facilidad a las distintas personas y ambiente.
  • No le gusta llamar la atención ni destacar.
  • Es querido por sus compañeros y confían en él.
  • Optimista.
  • Bien dotado para la observación.
  • Inteligencia sosegada, con curiosidad por todo.
  • Pensamiento lento.
  • Le gusta comer, y lo hace despacio.
  • Muy apegado a sus costumbres.
Amorfo
  • Perezoso para todo
  • El juego no le interesa demasiado, pero participa en él con sus compañeros.
  • No tiene sentido práctico, es poco hábil de movimiento.
  • Nada perseverante.
  • Muy indeciso. Hay que empujarle a todo.
  • Insensible a los estímulos afectivos.
  • Frío y objetivo.
  • Valiente.
  • Se desanima con facilidad ante las dificultades.
  • Muy influenciable por sus compañeros.
  • Indiferente. Las cosas parece que no dejan huella en él.
  • Muy poco puntual.
  • Le gusta comer y lo hace despacio.
  • Cuesta levantarle de la cama.
  • Muy poco cuidadoso en su aspecto personal. Desordenado.
  • Le gustan los deportes colectivos.
  • Muy sociable.
  • Despilfarrador
  • Bastante egoísta.
  • Le gusta divertirse, es optimista y feliz.
Apático
  • Muy lento en ponerse a trabajar.
  • Está muchas veces desocupado, es pasivo.
  • No le gustan los esfuerzos físicos, los deportes ni los juegos violentos.
  • Casi nunca se ríe.
  • Su humor es constante.
  • Tranquilo, frío, objetivo.
  • Propenso a la tristeza y la melancolía.
  • No le interesan los animales.
  • Es bastante pesimista.
  • Adquiere hábitos con facilidad.
  • Bastante terco.
  • Cuesta trabajo convencerle y dirigirle.
  • Tampoco se deja arrastrar por sus compañeros.
  • Le gusta estar solo.
  • Es poco hablador. Responde parcamente cuando se le pregunta algo.
  • A menudo es envidioso.
  • Se somete fácilmente a la disciplina.
  • Tiene gran sentido de posesión: le cuesta dejar las cosas.
  • Su memoria es confusa y débil.
  • Demuestra interés por muy pocas cosas.
  • ¿Y qué carácter tienes Tú?...

lunes, 1 de octubre de 2012

AUTOESTIMA MAL ENTENDIDA

El especialista en educación Montessori, Steve Hughes, asegura que la excesiva preocupación de los padres por no dañar la autoestima de sus hijos se está transformando en algo nocivo, ya que la sociedad se ve invadida por una juventud narcisista.
Una de las mayores preocupaciones del doctor Hughes, neuropsicólogo pediátrico de la Universidad de Minessota (EE.UU.), es que los padres están poniendo un énfasis desmedido en el bienestar psicológico de sus niños y muestran una exagerada preocupación en la inteligencia emocional, dejando de lado aspectos básicos en la educación como la autoridad.
“Los padres tienen hoy un concepto errado de lo que significa la autoestima de sus hijos, lo que tiene consecuencias negativas en el desarrollo de ellos”, dice el especialista. La Fundación HacerFamilia lo entrevistó tras su visita a Chile y estas fueron sus apreciaciones.
- El sentido común dice que fomentar la autoestima en los niños es algo muy positivo. ¿Por qué habla usted de una autoestima mal entendida?Los profesores y otros profesionales alegan que hoy los niños obedecen poco, que tienen más problemas de comportamiento que antes, que la gente joven es más ruda y problemática, que están demasiado conscientes de sus derechos a los que le dan un extraño sentido. Además, hay más índices de depresión y ansiedad.
- ¿Y qué tiene que ver esto con el concepto de autoestima?Profesionales como el sociólogo de Harvard, Niel Smesler, han predicado maravillas acerca de este concepto. El sociólogo ha dicho: “Muchos, sino todos los mayores problemas de la sociedad, tienen raíces en la poca autoestima de las personas que la conforman”. Se ha concluido entonces que la baja autoestima es la responsable del embarazo adolescente, del bullying, del fracaso académico, del abuso de drogas y alcohol, de la delincuencia y de cuanta actitud mala vemos hoy.
- ¿Y no lo es?Es que se ha desatado una verdadera epidemia de autoestima y se ha manoseado este concepto. Hoy se pueden encontrar libros que dicen cosas como: “Las 10 actitudes que amo de mí”, “Las cosas que me hacen especial” y “Puedo hacer todo lo que me proponga”. La gente piensa que no se puede decir NO a un niño, y que criticarlo o corregirlo es malo para su autoestima. Los papás ya ni se atreven a retar a sus hijos o a alzarles la voz.
Hasta ahora se ha pensado que existe una “correlación” entre la autoestima y el buen rendimiento escolar, sin embargo, los esfuerzos que se han hecho para potenciar la autoestima de los estudiantes no ha demostrado ningún mejoramiento académico, y lo que es peor, se han producido efectos contraproducentes.
- ¿A qué se refiere con esos efectos contraproducentes?Entre 1982 y 2006 se encuestó a 16.474 estudiantes universitarios sobre el tema del narcisismo. Algunas de las respuestas más comunes fueron: “Si dominara el mundo éste sería un lugar mejor”, “creo que soy una persona muy especial”, “puedo vivir mi vida de la manera que quiera”. En la medida que pasan los años tenemos muchos más niños y jóvenes narcisistas, lo que se convierte en un problema muy grave.
- ¿Cuáles son las características de esta juventud narcisista?Los narcisistas no tienen empatía y actúan agresivamente frente a la crítica, favorecen lo personal y no les interesa ayudar a los demás, se preocupan sólo de ellos mismos, son más propensos a cortar relaciones románticas y a ser infieles. No tienen calidez emocional, son más deshonestos y muestran conductas violentas cuando alguien los trata de controlar.
- ¿Cómo deberían actuar los padres frente a sus hijos?Los padres son hoy demasiado permisivos, porque temen dañar la autoestima de sus hijos. Por eso hablo de autoestima mal entendida. Ellos permiten que sus hijos lleven la agenda, los dejan hacer lo que ellos quieran, por ejemplo: estar despiertos hasta las 11 de la noche o tomar helado al desayuno. Son cariñosos, pero no ponen reglas y cuando los niños violan las normas sociales, nadie los enfrenta.
Es importante entonces que los padres empiecen a demostrar autoridad sin miedo de dañar la “autoestima de los niños”, porque lo único que están creando son niños sin autocontrol, inmaduros e irresponsables que cuando adultos, no son capaces de cumplir sus metas. Incluso algunos llegan a abusar de las drogas y el alcohol.
- ¿Se trata de una vuelta atrás a los padres autoritarios?No, los padres deben tener autoridad, que no es lo mismo que ser autoritario. Pueden ser estrictos y poner reglas, pero también deben estar abiertos a discutirlas y a razonar con sus hijos dentro de ciertos límites. Los padres con autoridad les dan a sus hijos libertades. Son amorosos, afectuosos y comunicativamente abiertos. Los hijos, a su vez, responden bien, logran motivarse para conseguir sus objetivos, tienen más autocontrol, tienden a ser más populares, competentes y poseen un alto nivel de responsabilidad social.
Para que el cerebro funcione mejor, hay que realizar actividades en las que los niños se pongan manos a la obra. No hay que resolverles los problemas, sino dejar que ellos averigüen cómo resolverlos.
- ¿Qué cualidades se debe resaltar en los hijos para que triunfen en la vida?Los padres deben fomentarles la independencia y la eficacia. Ayudarlos a que sean buenos haciendo cosas, que sean capaces de dirigir sus energías, tener iniciativa y decirles que sean realistas con lo que necesitan para llegar a sus objetivos.
También hay que enfocarse en la socialización. No hay que criar a los hijos para que sean felices, sino para que sean amables. Los niños con una buena socialización son felices.
- ¿Qué debiera decirle todo padre a sus hijos?
El ideal es transmitir cuatro ideas básicas: que la falta de habilidad innata no importa, que el talento tiene poco o nada que ver con el éxito, que el cerebro es un músculo que puede aumentar la inteligencia ejercitándolo y que un buen desempeño es siempre el resultado de un gran esfuerzo.
*El doctor Steve Hughes es experto en los procesos que utiliza el cerebro para aprender, y descubrió que el método Montessori utiliza los mismos mecanismos. En sus más recientes investigaciones identifica los ambientes sociales y emocionales que ayudan a mejorar el desarrollo del cerebro de los niños.

sábado, 29 de septiembre de 2012

El ciclo menstrual


El ciclo menstrual varía de mujer a mujer, conocer el propio es importante para detectar a tiempo cualquier problema

El ciclo menstrual es el periodo durante el cual, al mismo tiempo que se forma una capa sanguínea dentro del útero, madura un óvulo, se libera, recorre la trompa de Falopio, llega al útero y se desprende la capa sanguínea que forma el endometrio, en forma de flujo sanguíneo.Aunque en cada mujer el ciclo menstrual puede ser diferente, generalmente todo este proceso dura 28 días y después vuelve a empezar.

1. El óvulo maduro es liberado y atrapado por la trompa de Falopio.
2. El óvulo es transportado por medio de la trompa de Falopio, mientras el endometrio o interior del útero, empieza a recubrirse con una capa sanguínea.
3. El óvulo maduro es liberado y atrapado por la trompa, mientras que la capa sanguínea del endometrio sigue formándose.
4. Cuando el óvulo no fecundado llega al útero, la capa de sangre se desprende y empieza la menstruación.
5. Al cabo de tres a cinco días, termina la menstruación y empieza el ciclo, generalmente a partir del otro ovario.

Generalmente los dos primeros años del ciclo menstrual son muy irregulares, sin embargo es muy importante que cada mujer aprenda a conocer su ciclo, para que pueda cuidarse y atenderse oportuna y adecuadamente.

Por eso es recomendable que cada una anote sus fechas de menstruación. Esto le ayudará a estar preparada para recibirla sin sorpresas desagradables que le provoquen la mancha de su ropa en sitios y momentos inadecuados.

Conocer cómo funciona el ciclo de cada mujer, le ayuda a detectar algún problema si lo hubiera y a vivir esta etapa del mes con mucha tranquilidad y normalidad porque se pueden planear mejor las actividades.

Después de los dos primeros años generalmente se regulariza el ciclo y en la mayoría de las mujeres se repite cada 28 días. En caso de no ser así, o de que la menstruación no se presente después de los 15 años, es necesario acudir al médico para que establezcan las medidas adecuadas para su control.


viernes, 21 de septiembre de 2012

Aprendamos sobre el sistema reproductor Masculino



El aparato reproductor femenino

Es un conjunto de órganos y estructuras, con funciones integradas y especificas. Los ovarios son glándulas que se encargan de la producción de gametos (ovocitos) y hormonas (estrógenos y progesterona).
El útero es un órgano hueco, muscular y está tapizado por el endometrio, que se encarga de recepcionar al embrión, la implantación,  participa en la síntesis de la placenta y genera las contracciones durante el parto.
Los oviductos conducen el ovocito hacia el útero y es el lugar donde ocurre la fecundación.
La vagina es un conducto muscular que va desde el orificio vaginal hasta el útero, recepciona el órgano copulador masculino y participa en la capacitación de los espermios (Ver figura 1)

El ciclo femenino

El ciclo femenino incluye cambios cíclicos y secuenciales que ocurren paralelamente tanto en el ovario como en el útero, se desarrollan en forma paralela e interdependiente. Su producción y control están a cargo del hipotálamo. Las hormonas involucradas incluyen los estrógenos y la progesterona, las gonadotrofinas hipofisarias FSH y LH y la hormona liberadora de gonadotrofina (GnRH) del hipotálamo (Ver figura 3)

Todos los acontecimientos que se producen en un ciclo menstrual implican cambios de concentración hormonal y anatómicos en el ovario y en la pared interna del útero (endometrio). El ciclo comienza con el primer día de flujo menstrual, causado por el desprendimiento del endometrio. El aumento de la concentración de FSH y LH al comenzar el ciclo estimula un folículo ovárico que crece y secreta estrógenos bajo cuya influencia el endometrio se regenera. El brusco aumento de la concentración de estrógenos antes de alcanzar la mitad del ciclo dispara un incremento súbito de LH desde la hipófisis, lo que produce la ovulación. Después de la ovulación, la concentración tanto de LH como de FSH cae. El folículo se convierte en el cuerpo lúteo, que produce progesterona y estrógenos.
La progesterona continúa estimulando el endometrio, preparándolo para la implantación del óvulo fecundado. Si la fecundación no se produce, el cuerpo lúteo degenera, la producción de progesterona entonces se detiene y el endometrio comienza a desprenderse, las concentraciones de LH y de FSH vuelven a subir, y comienza un nuevo ciclo (Ver figura 2)

El inicio de la primera menstruación marca el comienzo de la pubertad en las hembras de los seres humanos. La mayor producción de hormonas sexuales femeninas antes de la pubertad induce el desarrollo de las características sexuales secundarias.




sábado, 25 de agosto de 2012


ENSEÑAR A LOS NIÑOS EL OPTIMISMO Y LA ALEGRÍA
Algunos chicos a pesar de su prematura edad, han perdido lo más bello que tiene la niñez y la juventud: la alegría. Tal vez las condiciones del ambiente han ayudado a que esto suceda, pero hay que prender las alarmas ante el aburrimiento y las caras largas de algunos de ellos, a pesar de tener todo para ser feliz.
La felicidad es un aprendizaje como cualquier otro. Puesto que en gran medida, la felicidad depende de la propia actitud y voluntad para alcanzarla y no como se suele pensar que la felicidad está sujeta a factores externos. De ahí el llamado a educar a los hijos en ambientes positivos y alegres, teniendo en cuenta que son como esponjas que absorben el clima emocional que les rodea.
La familia como escuela de la felicidad
La familia es el espacio por excelencia donde se cultivan los valores y se forja la personalidad, siendo determinante para el desarrollo humano. Es en este contexto donde las personas aprenden cómo es la vida y con ello las actitudes ante ésta, siendo el optimismo el mejor camino.
“Los chicos absorben como esponjas el clima emocional que pueda expresarse en el hogar. Si les mostramos con el ejemplo que alimentamos las emociones positivas, a medida que se vayan desarrollando, crecerán fortaleciéndose y dejando de ser propensos a experimentar emociones negativas, y serán ellos generadores de climas emocionales positivos y optimistas”. Asegura en sus columnas María Laura Cortés, psicóloga y coach argentina.
Los expertos dicen que la enseñanza de la alegría parte de los valores como el perdón, la solidaridad, la confianza, la construcción de relaciones empáticas y el amor. Igualmente resaltan la importancia de transmitirles a los hijos el valor de los sueños y la capacidad de sacar provecho de las situaciones difíciles.
Estrategias para educar en positivo
Las siguientes son recomendaciones a tener en cuenta en la educación de los hijos, siendo una labor constante y permanente para logre tener la incidencia necesaria en el proceso educativo:
  • Enseñarles a los hijos a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, de las situaciones sencillas pero enriquecedoras, de los regalos que nos da la naturaleza… Hay que volcar la mirada hacia el tablero blanco sin detenerse en el minúsculo punto negro.
  • Invitar a los hijos a que valoren la vida con sus días de color y sus días grises, poniendo una actitud positiva y sacando provecho de las situaciones difíciles.
  • Enfatizar en realizar adecuadamente los procesos, más allá de los resultados obtenidos. Hacerle mayor énfasis al esfuerzo y la perseverancia.
  • La gratitud es una de las vías que conducen a la felicidad. Es importante enseñarles a los hijos a agradecer todo lo que reciben y que por momentos se les hacen invisibles: los alimentos, la familia, los amigos, la posibilidad de estudiar, de compartir con otros, de aprender, de respirar… Para fomentar este valor, se aconseja que los hijos observen las experiencias de personas con menores posibilidades que las suyas y aún así son alegres con la vida que tienen.
  • La autoestima es otro elemento determinante para ser feliz. Educar a los hijos bajo el amor, la autoridad asertiva, la seguridad en ellos mismos y la auto aceptación, serán primordiales en esta misión.
  • Brindarles las herramientas para que sepan afrontar sus propios retos, dejando que sean ellos los que resuelvan a la medida de sus posibilidades; cada edad tiene sus desafíos. Del mismo modo hay que dejar que se equivoquen y que desarrollen la capacidad para tolerar sus frustraciones.
  • Proveer un ambiente alegre, optimista, en el que diariamente haya espacio para el juego, las risas y el humor; es tan beneficio para los adultos como para los chicos.
  • El sentirse amado es otra de las fuentes de la felicidad. Los padres deben expresar el amor a sus hijos a través de gestos cariñosos como abrazos, besos, caricias… tanto a las hijas como a los hijos varones.
Está claro que para lograr que los hijos sean alegres y optimistas, los padres deben poner toda su voluntad para lograrlo, y cuanto más temprano comience esta labor mucho mejor. Igualmente no se debe bajar la guardia a medida que los hijos crecen; la adolescencia a pesar de ser una etapa con altibajos, es cuando los hijos más necesitan de un ambiente positivo, comprensivo y alegre.

miércoles, 11 de julio de 2012

CIENCIA Y AMBIENTE


El sentido del tacto


El sentido del tacto actúa prácticamente en todas las partes de nuestro cuerpo ya que se encuentra localizado en nuestra piel
La piel de un adulto puede llegar a tener una extensión de entre 1,5 m² y 2 m² y pesar hasta 4 kilogramos. A través de la piel recibimos multitud de sensaciones que nos ayudan a relacionarnos con nuestro entorno, reconocer en los objetos su forma, textura, dureza…, distinguir sensaciones de calor o frio, de presión, de dolor de vibración…  
Estas sensaciones las percibimos gracias a infinidad de terminaciones nerviosas que tenemos en la piel por medio de receptores sensitivos. Podemos diferenciar tres capas en nuestra piel: La zona exterior llamada epidermisla zona central llamada dermis que está compuesta por tejido subjuntivo compuesto por vasos sanguíneos y linfáticos, folículos pilosos de donde nace el pelo, glándulas sudoríparas y sebáceas, y los receptores sensitivos que son los encargados del sentido del tacto, y una zona más interna llamada hipodermis, que es la capa que separa la piel de los órganos internos. 

Los receptores táctiles no están repartidos igualitariamente por nuestro cuerpo, sino que se concentran mayormente en la punta de la lengua, los labios y las plantas de manos y pies.
Cada tipo de receptor táctil se ve estimulado por diferentes factores:

o   Las sensaciones de tactos suaves se reciben por los Corpúsculos de Meissner.
o   Las sensaciones de presión por los Corpúsculos de Pacini.
o   Las sensaciones de temperatura, tanto ambiental como de los objetos que contactan con nuestra piel se reciben por los Corpúsculos de Ruffini y Krause. Ruffini para el calor y Krause para el frio.
o   Las sensaciones de dolor que envían información al cerebro a través de las terminaciones nerviosas libres de la piel.

El tacto tiene dos propósitos, mejorar nuestra vida y actuar como sistema de alarma natural del cuerpo, sin este sentido no sabríamos diferenciar entre un entorno peligroso o un entorno seguro. La epidermis toma la información recogida por los receptores y la transforman en impulsos nerviosos eléctricos, estas fibras nerviosas disponen de vías en la medula espinal que llegan hasta el cerebro, donde se interpretan estos impulsos transformándolos en sensaciones.




¿Como funciona el oído?


¿Has oído algo?
Tal vez el sonido que has oído era tan leve como el que hace tu gata al lamerse. O tal vez ha sido un sonido fuerte, como el de un carrito de helados al pasar. Los sonidos están por todas partes, y tu tienes dos partes del cuerpo muy ingeniosas que te ayudarán a escucharlo todo -¡tus oídos! Tus oídos se encargan de recoger los sonidos, procesarlos y mandar señales sonoras al cerebro. Y eso no es todo: tus oídos también te ayudan a mantener el equilibrio. Así que si se te caen algunas monedas mientras vas corriendo hacia el carrito de helados, los oídos se aseguran de que no te caigas cuando te agachas para recogerlas.

El oído está formado por tres secciones diferentes: el oído externo, el oído medio y el oído interno. Estas partes trabajan juntas, para que puedas oír y procesar sonidos todo el día, cada día.

El oído externo: capta la onda

El oído externo recibe también el nombre de pabellón de la oreja o aurícula y esta es la parte que se puede ver. Es donde la gente se hace agujeros para llevar pendientes y donde un amigo te susurra algo cuando te cuenta un secreto. El oído externo recoge los sonidos. El sonido viaja en ondas invisibles a través del aire y el oído externo los recoge. Después de entrar, el sonido viaja hasta el conducto auditivo externo antes de llegar al oído medio. La otra tarea del conducto auditivo es proteger a las demás partes del oído fabricando cera. La cera tiene unos componentes químicos especiales que combaten las infecciones que podrían lesionar la piel dentro del conducto auditivo. También atrapa partículas de suciedad para ayudar a mantener el conducto auditivo limpio. Así que la cera no es sólo algo asqueroso, ¡sirve para algunas cosas!

El oído medio: ¡Buenas vibraciones!
foto internet

El conducto auditivo externo conduce al oído medio. La función del oído medio es recoger las ondas de sonido que recibe del oído externo, convertirlas en vibraciones y llevarlas hasta el oído interno. Esto lo hace usando el tímpano (que en realidad separa el oído externo del oído medio) y los tres huesos más pequeños y delicados del cuerpo llamados osículos. El tímpano es un trozo de piel delgada adherida al primer osículo, un pequeño hueso llamado martillo. El martillo está unido a otro pequeño hueso llamado yunque. Y finalmente, el yunque está unido al hueso más pequeño de todo el cuerpo, el estribo.
Cuando las ondas de sonido llegan hasta el conducto auditivo externo y al tímpano, éste empieza a vibrar. Las vibraciones pasan por los tres pequeños huesos -el martillo, el yunque y el estribo. Estos tres huesos transfieren estas vibraciones a la parte más profunda del oído: el oído interno.


El oído medio también tiene otra misión. ¡Ayuda a que el tímpano soporte la presión! El oído medio está conectado a la parte posterior de la nariz por un conducto estrecho llamado trompa de Eustaquio. La trompa de Eustaquio y el oído medio mantienen la misma presión del aire en ambos lados del tímpano. Normalmente el conducto permanece cerrado a menos que bosteces o tragues, y probablemente hayas sentido cómo se abre la trompa de Eustaquio si has viajado en avión o has subido a una montaña. Cuando estás a una altura muy elevada, como cuando vuelas, sientes como tus oídos se "destapan". En realidad es la trompa de Eustaquio que se abre para asegurarse de que la presión del aire es la misma en ambos lados del tímpano para que el tímpano pueda funcionar adecuadamente y no sufra lesiones.

El oído interno: ¡las señales nerviosas empiezan aquí! Después de que las ondas sonoras se conviertan en vibraciones en el oído medio, entran en el oído interno. Las vibraciones llegan a la cóclea, un conducto pequeño y enroscado en el oído interno. La cóclea está llena de líquido y recubierta de células con miles de pelitos en la superficie. Estos pelitos no son como los que tienes en la cabeza o en los brazos -son más pequeños y sólo pueden verse con un microscopio.
Cuando las vibraciones del sonido tocan el líquido de la cóclea, el líquido empieza a vibrar. Y cuando lo hace, esos pelitos se mueven. Los pelitos convierten entonces las vibraciones en señales nerviosas para que el cerebro pueda comprender el sonido. (¡Al cerebro le gusta recibir mensajes en su propio lenguaje -¡el lenguaje de las señales nerviosas!) Una vez que las señales nerviosas llegan al cerebro, éste puede interpretarlas. "¡Eh, están tocando mi canción favorita en la radio!" El cerebro no podría reconocer los sonidos sin toda la ayuda que recibe de las distintas partes del oído.


De día o de noche, los oídos te mantienen derechoLos oídos hacen más cosas que simplemente escuchar -también te ayudan a mantener el equilibrio. En el oído interno, hay tres pequeños bucles llamados conductos semicirculares. Están situados justo encima de la cóclea. Estos pequeños bucles tienen mucho en común con la cóclea: están llenos de líquido y tienen miles de pelitos microscópicos. Pero tienen una función diferente: la cóclea sirve para oír y los conductos semicirculares para el equilibrio.

¿Qué evita que te caigas al suelo cuando te agachas para tocar los dedos de los pies en la clase de gimnasia? Pues todo lo que sucede en tus conductos semicirculares. Cuando mueves la cabeza, el líquido en los conductos semicirculares se mueve también. El líquido mueve los pelillos, que envían un mensaje nervioso al cerebro sobre la posición de tu cabeza. En menos de un segundo, el cerebro averigua dónde está tu cabeza y a qué músculos enviar mensajes para que mantengas el equilibrio.
A veces, el líquido en tus conductos semicirculares sigue moviéndose después de que tú te hayas dejado de mover. Prueba llenar una taza hasta la mitad con agua. Ahora muévela un poco y luego para. ¿Notas cómo el agua sigue moviéndose aunque la taza esté quieta? Esto es lo que sucede en tus conductos semicirculares cuando das muchas vueltas o te subes a un juego en el parque se diversiones. Cuando dejas de hacerlo, el líquido aún se mueve y los pelitos aún están mandando mensajes sobre la posición de la cabeza. Aunque estás mirando hacia delante y tus ojos le están diciendo a tu cerebro que estás quieto. Por eso, podrías sentirte mareado -el cerebro está confundido acerca de la posición de la cabeza. Una vez que el líquido deja de moverse, el cerebro recibe el mensaje correcto y te sientes mejor.

¡Tres vivas por el oído!Bueno, como has visto, tus oídos son geniales -¡procesan los sonidos de tu alrededor e impiden que pierdas el equilibrio! Recogen las ondas de sonido de tu reloj despertador, transforman las ondas en vibraciones y las vibraciones en impulsos nerviosos, para que el cerebro pueda decir, "¡Despertador! ¡Esto quiere decir que es hora de levantarse!" Los oídos te mantienen en equilibrio cuando metes la cabeza en la caja de cereales para encontrar el premio durante el desayuno y cuando te agachas para alcanzar la mochila de la escuela. Trata bien a tus oídos y no metas nada dentro de ellos -esto podría dañar el conducto auditivo o el tímpano. Y es una buena idea tener cuidado cuando el sonido es realmente fuerte porque puede lesionarte los oídos. Lleva tapones a los conciertos con música muy alta, mantén el volumen lo más bajo posible en tu estéreo y lleva siempre protección para los oídos si utilizas algún aparato que haga mucho ruido como los que trabajan la madera o los metales. Seguro que quieres que tus oídos lo oigan todo -desde el mínimo chirrido de un grillo en el bosque hasta el partido de baloncesto más ruidoso en el gimnasio. ¡Tres vivas por los oídos!

Qué es la cera de los oídos?

Es pegajosa. Es arenosa. Es reluciente. Pero ¿qué es realmente la cera de los oídos? Y ¿de dónde viene?
La cera de los oídos se fabrica en el canal auditivo externo. No puedes ver esta parte de tu oído -es la zona entre la parte carnosa de la oreja en el exterior de la cabeza (la parte que puedes ver) y el oído medio. La piel del canal auditivo externo contiene unas glándulas especiales que producen la cera de los oídos. El nombre técnico para esta materia cerosa es cerumen.
Después de producirse la cera, ésta llega lentamente a través del canal auditivo externo hasta la apertura del oído. Aquí es donde la cera cae al exterior o se elimina cuando te lavas. En la mayoría de las personas, el canal auditivo externo está de servicio todo el tiempo fabricando cera, así que el canal auditivo siempre tiene suficiente cera en su interior.

Pero ¿por qué necesitamos la cera?
La cera de los oídos tiene dos funciones importantes. En primer lugar, contiene sustancias químicas especiales que combaten las infecciones que podrían dañar la piel del interior del canal auditivo. En segundo lugar, actúa como un escudo entre el mundo exterior y el tímpano. Cuando el polvo, la suciedad y otras sustancias se te meten en el oído, la cera los atrapa e inmoviliza allí, para que no puedan avanzar más.
Si quieres deshacerte de la cera, presta mucha atención a lo que debes hacer: ¡nada! La mayoría de niños no necesita hacer nada especial para eliminar la cera de los oídos. Si te lavas el pelo regularmente, esto basta para mantener limpios tus oídos. No uses nunca un palillo de algodón para los oídos, tu dedo o cualquier otra cosa para eliminar la cera de los oídos. Tu canal auditivo y el tímpano son muy delicados, y puedes dañarlos o hacerles sangrar intentando quitarte la cera de esa manera. Hurgarte en el oído también puede empujar y acumular la cera más adentro.
Algunos niños tienen uno o los dos canales auditivos que fabrican cera extra. Si este parece ser tu caso, díselo a un adulto. Muchas veces, los médicos pueden prescribir medicamentos especiales que se colocan en el oído para eliminar el exceso de cera.


EDUCACIÓN DE LOS HIJOS

¿HIJOS  MERENGUES?
La mayoría de los padres dice que quiere que sus hijos sean valerosos, se esfuercen por conseguir las cosas y afronten los vaivenes de la vida; sin embargo, algunos evitan que sus hijos realicen esfuerzos, hagan renuncias y se desenvuelvan en ambientes con algo de incomodidad.
Suplir todos los deseos de los hijos y realizar acciones que ellos mismos están en capacidad de llevar a cabo, son algunos de los errores que más daño provocan en la crianza. Cuando los hijos crecen sin saber lo que significa el valor del esfuerzo, no aprenden más que a recibir e ignoran el valor de luchar por algo que se desea, son carentes de fortaleza y lo más seguro es que les cueste aceptar las contrariedades que se les presentan.
Asimismo, los niños que han sido sobreprotegidos por sus padres, suelen mostrarse inseguros, poco autónomos y a menudo se ven afectados por la incapacidad para sortear inconvenientes. Por eso, virtudes como la reciedumbre, la templanza y la fortaleza, ayudan a propender por la formación humana de los hijos, siendo efectivos seguros para la vida joven y adulta.

Grandes virtudes
La reciedumbre y la fortaleza son virtudes que nos ayudan a aceptar lo que nos ocurre, no pasivamente, sino con deseos de sacar algo bueno de las situaciones dolorosas. Y la templanza es un gran soporte ante las dificultades que se encuentran en el camino. Por lo tanto, inculcar en los hijos estas virtudes, es prepararles para la realidad de la vida, para asumir todos los retos de la misma supervivencia.
Sin embargo ni la fortaleza, ni la reciedumbre se dan gratuitamente. Hay que irlas formando, día a día. Es un trabajo en el que se dominan pequeñas cosas que exigen un esfuerzo, tales como levantarse a la hora determinada, privarse de algún capricho, sacrificarse para servir a otros. Habrá que exigirle a los hijos desde muy pequeños: desde el bebé que llora por antojo, hasta el adolescente que se pone de mal humor por algo sin trascendencia.
He aquí algunas ideas que ayudarán a fomentar la fortaleza y la templanza en los hijos:
  • Animarles desde pequeños a que ofrezcan sacrificios, aprovechando las oportunidades que se presentan en la cotidianeidad.
  • Enseñarles a afrontar con positivismo las contrariedades.
  • Exigir constancia y calidad en el trabajo y en las horas de estudio. No fomente la “ley del menor esfuerzo”.
  • Ante un dolor físico o pequeñas enfermedades, no obsesionarse con ellas, ni darle más atención de la que necesita, hay que enseñar a los niños a no quejarse más de la cuenta.
  • Impulsarles a que realicen actividades deportivas que les exijan sacrificios y constancia.
  • Hacer excursiones en familia que les ayuden a ser más fuertes, como por ejemplo acampar, ir de pesca, caminatas a las montañas, etc.
  • Dar mucha importancia a la lucha para vencer los defectos de carácter, como por ejemplo aprender a controlar el mal genio o la impaciencia.
  • Programar menús en los que entren cosas que gustan menos, para acostumbrarles a comer toda clase de alimentos.
  • Enseñarles a que se sirvan la comida no siempre eligiendo lo mejor para ellos.
  • Enseñarles a tomar un poco menos de lo que más les apetece.
  • Enseñar a que no desprecien la comida. Insistir racionalmente.
  • Que aprendan a no dar excesiva importancia a una situación de escasez, incomodidad, etc.
  • Explicar siempre el porqué de la reciedumbre y cómo hay que hacer cosas concretas para adquirirla.
  • No ceder ante todo lo que los chicos piden. Limitar regalos para ocasiones especiales.
  • Si hay varios hermanos, que se acostumbren a "heredar" ropa o cosas que queden en buen estado.
  • Evitar que la moda les esclavice. A veces, cuando son pequeños y no tienen capacidad de elegir, son los padres los que se "proyectan" en los hijos para ir a la "última".
  • Que se ocupen del cuidado material de su ropa. Doblarla, guardarla, prepararla para el día siguiente, etc.
  • Que se enteren del precio que tiene la ropa que se les compra. Que se den cuenta de que, aunque nos gusta más una cosa que otra, es necesario a veces elegir la más económica.
Por último, como padre no se queje ante nadie de los trabajos, molestias y demás inconvenientes que acarrean los hijos, pequeños, medianos o mayores; no es una actitud que demuestra fortaleza, templanza y reciedumbre; enseñanzas que queremos fomentar en los hijos para evitar que sean “merengues”.