¡¡ B I E N V E N I D O S !!

miércoles, 24 de octubre de 2012

martes, 23 de octubre de 2012

¿QUÉ CARÁCTER TIENEN TUS HIJOS?


Muchas veces el fracaso de la educación, es debido, en buena parte, a no saber cómo es la persona que debemos educar. Conocer la personalidad y el carácter de quien se quiere educar, es fundamental para saberle llegar y lograr nuestro objetivo.
En la medida que el conocimiento de nuestros hijos sea acertado y profundo, se podrán hacer planes de formación adecuados; es decir, estaremos en condiciones de formar.
¿Cómo conocer el carácter?
Los padres tienen un primerísimo papel en el “modelado” del carácter de los hijos. Ellos son los que en los primeros años pueden comenzar una obra de arte que, más adelante, completará el niño cuando llegue a la adolescencia y a la madurez.
Para que usted descubra el carácter de sus hijos, se han definido los rasgos fundamentales de cada uno de los ocho tipos que suelen darse. El sistema es un juego entretenido. Grupo por grupo, vaya sumando los rasgos que coinciden con los del niño. El grupo que obtenga mayor puntuación es el que define el carácter del niño.
A continuación se incluye a las características principales de la persona humana desde la infancia hasta la adolescencia.
Nervioso
  • Tiende a dejar sus obligaciones para más tarde.
  • Suele hacer muchos proyectos y planes, pero se cansa de ellos y los abandona.
  • Es muy irregular en sus estudios y poco exigente consigo mismo.
  • Es incapaz de estar quieto un momento. Se mueve continuamente.
  • Es violento y susceptible. Se rebela y protesta con facilidad.
  • Es poco objetivo y exagerado. Tiende a decir mentiras.
  • Se cansa pronto de todo: juguetes, amigos. Le gusta la novedad y el cambio.
  • Actúa sin pensar, es impulsivo.
  • Sus estados de ánimo fluctúan con facilidad.
  • Se consuela fácilmente. Perdona y se reconcilia enseguida.
  • Es fácil de convencer y dirigir si se le sabe llevar.
  • No le gusta estar solo.
  • Tiene buen carácter, es alegre y suele estar risueño.
  • Es presumido y vanidoso, le gusta estar bien vestido.
  • Le gusta llamar la atención.
  • Es charlatán, comunicativo.
  • Es incapaz de guardar un secreto.
  • Le cuesta expresar sus conocimientos con claridad y orden.
  • Es mal observador, sobre todo para lo que no tiene un interés efectivo para él.
Sentimental
  • Es indeciso.
  • Aplaza sus trabajos, dando preferencia a los que están más de acuerdo con su forma de ser.
  • Le falta sentido práctico.
  • Se desanima con facilidad. Tiende al pesimismo y la melancolía.
  • Su humor oscila, pero no con brusquedad.
  • Muy sensible. Se ofende fácilmente, pero no suele manifestar sus disgustos.
  • Le gusta la naturaleza.
  • Tiene un sentimiento religioso muy vivo.
  • Muy apegado a sus costumbres y amigos. Se muestra incómodo ante personas desconocidas y situaciones nuevas.
  • Rumia las cosas durante mucho tiempo en su interior. Conserva fielmente los recuerdos.
  • Es difícil hacerle cambiar de opinión.
  • Le gusta la soledad.
  • Es tímido, retraído, poco comunicativo.
  • Individualista.
  • Serio, con seriedad atractiva.
  • Verás y honrado.
  • No le gusta presumir de sus cualidades.
  • En los trabajos escolares es más agudo que riguroso.
  • Su pensamiento es lento.
  • No es buen observador.
Colérico
  • Muy atractivo. Siempre está ocupado en algo. No aplaza sus obligaciones.
  • Decidido, dinámico, entusiasta. Tiene iniciativas.
  • Tiene gran sentido práctico.
  • Tiene mucha vitalidad, nunca se cansa.
  • Poco reflexivo y metódico en su trabajo.
  • Violento: se acalora, levanta la voz.
  • Exagerado. Tiende a la mentira.
  • A veces, afectuosos y tierno. Otras, violento y rebelde.
  • Hace las paces enseguida.
  • Le gustan las novedades y cambios.
  • Desconoce los remordimientos y complejos.
  • Es muy espontáneo. Manifiesta fácilmente sus ideas y gustos y los defiende con calor.
  • Le gusta mandar y organizar.
  • Es alegre y optimista. Tiene confianza en sí mismo y en los demás.
  • Independiente. Hace poco caso de reglas y mandatos.
  • Generoso, compasivo, servicial.
  • De palabra fácil, locuaz. Tiene siempre la réplica adecuada.
  • Bastante glotón.
  • Le interesa todo.
  • Es un poco superficial.
Apasionado
  • Se entrega por completo a sus ocupaciones: estudio, juegos, etc.
  • Decidido, rápido, práctico y desenvuelto.
  • Siempre está ocupado.
  • Buen alumno: trabajador, reflexivo, tenaz y perseverante.
  • Poco valiente en momentos de peligro.
  • Su sentimiento religioso es vivo y firme.
  • Muy apegado a su colegio, sus profesores y su clase.
  • Le gustan los animales.
  • Conserva mucho tiempo sus recuerdos: alegrías, penas, amigos.
  • Poco aficionado a ejercicios físicos y deportes. Prefiere los entretenimientos complicados.
  • Prefiere trabajar solo que en grupo.
  • Es honrado y digno de confianza.
  • Ordenado, limpio, puntual.
  • Objetivo y conciso.
  • Se manifiesta tal como es, sin preocuparle mucho la opinión de los demás.
  • Tiene capacidad de mando.
  • Su inteligencia es rápida y sólida.
  • Tiene buena memoria.
  • Es buen observador.
  • Le gusta mucho leer y asimila lo que lee.
Sanguíneo
  • Tiene gran sentido práctico. Es desenvuelto.
  • Trabajador. No suele aplazar sus trabajos.
  • Le gusta el esfuerzo.
  • Muy aficionado a los ejercicios físicos, sobre todo si son violentos.
  • Siempre está ocupado, también en los ratos de ocio.
  • Valiente en los momentos de peligro.
  • Se le ofende difícilmente.
  • Bastante egoísta. Quiere a los demás, sobre todo, por lo que le dan.
  • Vive en el momento presente, sin preocuparle el antes o el después.
  • Se consuela pronto cuando tiene alguna pena.
  • Se reconcilia fácilmente.
  • Todo lo nuevo le interesa.
  • Es alegre y optimista.
  • Tiene confianza en sí mismo.
  • Muy extrovertido. Le gusta estar con los demás; los necesita.
  • Le gusta la buena vida.
  • Es tolerante, cortés y elegante.
  • Buen observador.
  • Tiene una inteligencia rápida.
Flemático
  • Muy puntual y exacto en sus trabajos.
  • Raramente se encuentra desocupado.
  • Ordenado u metódico. Disciplinado.
  • Prefiere los juegos individuales y complicados.
  • Frío, calmoso, paciente.
  • No es efusivo y le molestan las efusiones.
  • De humor poco cambiante.
  • Reflexivo y constante.
  • Se aísla muy gustosamente de los demás.
  • Poco hablador, retraído, objetivo en sus relatos.
  • Franco, sencillo, natural, digno de confianza.
  • Se adapta con facilidad a las distintas personas y ambiente.
  • No le gusta llamar la atención ni destacar.
  • Es querido por sus compañeros y confían en él.
  • Optimista.
  • Bien dotado para la observación.
  • Inteligencia sosegada, con curiosidad por todo.
  • Pensamiento lento.
  • Le gusta comer, y lo hace despacio.
  • Muy apegado a sus costumbres.
Amorfo
  • Perezoso para todo
  • El juego no le interesa demasiado, pero participa en él con sus compañeros.
  • No tiene sentido práctico, es poco hábil de movimiento.
  • Nada perseverante.
  • Muy indeciso. Hay que empujarle a todo.
  • Insensible a los estímulos afectivos.
  • Frío y objetivo.
  • Valiente.
  • Se desanima con facilidad ante las dificultades.
  • Muy influenciable por sus compañeros.
  • Indiferente. Las cosas parece que no dejan huella en él.
  • Muy poco puntual.
  • Le gusta comer y lo hace despacio.
  • Cuesta levantarle de la cama.
  • Muy poco cuidadoso en su aspecto personal. Desordenado.
  • Le gustan los deportes colectivos.
  • Muy sociable.
  • Despilfarrador
  • Bastante egoísta.
  • Le gusta divertirse, es optimista y feliz.
Apático
  • Muy lento en ponerse a trabajar.
  • Está muchas veces desocupado, es pasivo.
  • No le gustan los esfuerzos físicos, los deportes ni los juegos violentos.
  • Casi nunca se ríe.
  • Su humor es constante.
  • Tranquilo, frío, objetivo.
  • Propenso a la tristeza y la melancolía.
  • No le interesan los animales.
  • Es bastante pesimista.
  • Adquiere hábitos con facilidad.
  • Bastante terco.
  • Cuesta trabajo convencerle y dirigirle.
  • Tampoco se deja arrastrar por sus compañeros.
  • Le gusta estar solo.
  • Es poco hablador. Responde parcamente cuando se le pregunta algo.
  • A menudo es envidioso.
  • Se somete fácilmente a la disciplina.
  • Tiene gran sentido de posesión: le cuesta dejar las cosas.
  • Su memoria es confusa y débil.
  • Demuestra interés por muy pocas cosas.
  • ¿Y qué carácter tienes Tú?...

lunes, 1 de octubre de 2012

AUTOESTIMA MAL ENTENDIDA

El especialista en educación Montessori, Steve Hughes, asegura que la excesiva preocupación de los padres por no dañar la autoestima de sus hijos se está transformando en algo nocivo, ya que la sociedad se ve invadida por una juventud narcisista.
Una de las mayores preocupaciones del doctor Hughes, neuropsicólogo pediátrico de la Universidad de Minessota (EE.UU.), es que los padres están poniendo un énfasis desmedido en el bienestar psicológico de sus niños y muestran una exagerada preocupación en la inteligencia emocional, dejando de lado aspectos básicos en la educación como la autoridad.
“Los padres tienen hoy un concepto errado de lo que significa la autoestima de sus hijos, lo que tiene consecuencias negativas en el desarrollo de ellos”, dice el especialista. La Fundación HacerFamilia lo entrevistó tras su visita a Chile y estas fueron sus apreciaciones.
- El sentido común dice que fomentar la autoestima en los niños es algo muy positivo. ¿Por qué habla usted de una autoestima mal entendida?Los profesores y otros profesionales alegan que hoy los niños obedecen poco, que tienen más problemas de comportamiento que antes, que la gente joven es más ruda y problemática, que están demasiado conscientes de sus derechos a los que le dan un extraño sentido. Además, hay más índices de depresión y ansiedad.
- ¿Y qué tiene que ver esto con el concepto de autoestima?Profesionales como el sociólogo de Harvard, Niel Smesler, han predicado maravillas acerca de este concepto. El sociólogo ha dicho: “Muchos, sino todos los mayores problemas de la sociedad, tienen raíces en la poca autoestima de las personas que la conforman”. Se ha concluido entonces que la baja autoestima es la responsable del embarazo adolescente, del bullying, del fracaso académico, del abuso de drogas y alcohol, de la delincuencia y de cuanta actitud mala vemos hoy.
- ¿Y no lo es?Es que se ha desatado una verdadera epidemia de autoestima y se ha manoseado este concepto. Hoy se pueden encontrar libros que dicen cosas como: “Las 10 actitudes que amo de mí”, “Las cosas que me hacen especial” y “Puedo hacer todo lo que me proponga”. La gente piensa que no se puede decir NO a un niño, y que criticarlo o corregirlo es malo para su autoestima. Los papás ya ni se atreven a retar a sus hijos o a alzarles la voz.
Hasta ahora se ha pensado que existe una “correlación” entre la autoestima y el buen rendimiento escolar, sin embargo, los esfuerzos que se han hecho para potenciar la autoestima de los estudiantes no ha demostrado ningún mejoramiento académico, y lo que es peor, se han producido efectos contraproducentes.
- ¿A qué se refiere con esos efectos contraproducentes?Entre 1982 y 2006 se encuestó a 16.474 estudiantes universitarios sobre el tema del narcisismo. Algunas de las respuestas más comunes fueron: “Si dominara el mundo éste sería un lugar mejor”, “creo que soy una persona muy especial”, “puedo vivir mi vida de la manera que quiera”. En la medida que pasan los años tenemos muchos más niños y jóvenes narcisistas, lo que se convierte en un problema muy grave.
- ¿Cuáles son las características de esta juventud narcisista?Los narcisistas no tienen empatía y actúan agresivamente frente a la crítica, favorecen lo personal y no les interesa ayudar a los demás, se preocupan sólo de ellos mismos, son más propensos a cortar relaciones románticas y a ser infieles. No tienen calidez emocional, son más deshonestos y muestran conductas violentas cuando alguien los trata de controlar.
- ¿Cómo deberían actuar los padres frente a sus hijos?Los padres son hoy demasiado permisivos, porque temen dañar la autoestima de sus hijos. Por eso hablo de autoestima mal entendida. Ellos permiten que sus hijos lleven la agenda, los dejan hacer lo que ellos quieran, por ejemplo: estar despiertos hasta las 11 de la noche o tomar helado al desayuno. Son cariñosos, pero no ponen reglas y cuando los niños violan las normas sociales, nadie los enfrenta.
Es importante entonces que los padres empiecen a demostrar autoridad sin miedo de dañar la “autoestima de los niños”, porque lo único que están creando son niños sin autocontrol, inmaduros e irresponsables que cuando adultos, no son capaces de cumplir sus metas. Incluso algunos llegan a abusar de las drogas y el alcohol.
- ¿Se trata de una vuelta atrás a los padres autoritarios?No, los padres deben tener autoridad, que no es lo mismo que ser autoritario. Pueden ser estrictos y poner reglas, pero también deben estar abiertos a discutirlas y a razonar con sus hijos dentro de ciertos límites. Los padres con autoridad les dan a sus hijos libertades. Son amorosos, afectuosos y comunicativamente abiertos. Los hijos, a su vez, responden bien, logran motivarse para conseguir sus objetivos, tienen más autocontrol, tienden a ser más populares, competentes y poseen un alto nivel de responsabilidad social.
Para que el cerebro funcione mejor, hay que realizar actividades en las que los niños se pongan manos a la obra. No hay que resolverles los problemas, sino dejar que ellos averigüen cómo resolverlos.
- ¿Qué cualidades se debe resaltar en los hijos para que triunfen en la vida?Los padres deben fomentarles la independencia y la eficacia. Ayudarlos a que sean buenos haciendo cosas, que sean capaces de dirigir sus energías, tener iniciativa y decirles que sean realistas con lo que necesitan para llegar a sus objetivos.
También hay que enfocarse en la socialización. No hay que criar a los hijos para que sean felices, sino para que sean amables. Los niños con una buena socialización son felices.
- ¿Qué debiera decirle todo padre a sus hijos?
El ideal es transmitir cuatro ideas básicas: que la falta de habilidad innata no importa, que el talento tiene poco o nada que ver con el éxito, que el cerebro es un músculo que puede aumentar la inteligencia ejercitándolo y que un buen desempeño es siempre el resultado de un gran esfuerzo.
*El doctor Steve Hughes es experto en los procesos que utiliza el cerebro para aprender, y descubrió que el método Montessori utiliza los mismos mecanismos. En sus más recientes investigaciones identifica los ambientes sociales y emocionales que ayudan a mejorar el desarrollo del cerebro de los niños.